México, D.F., 06 de Noviembre de 2012.- , El fenómeno de la migración tiene un carácter
mundial, histórico y hasta bíblico, pues las corrientes de migración se inician
desde los tiempos más remotos en que aparece el hombre sobre la tierra, e
inicia su peregrinar para obtener refugio, alimentos y protegerse de las
inclemencias de la naturaleza.
En la actualidad la migración ha aumentado y se ha
convertido en un problema social, cultural económico y político, tanto al
interior como al exterior de los países; particularmente México representa uno
de los asuntos de gran relevancia en las relaciones bilaterales con los Estados
Unidos de Norteamérica; en donde miles de personas, pretenden internarse; o
bien dentro del mismo México a otras poblaciones para poder mejorar sus
precarias condiciones.
Por tal motivo, en la Comisión de Derechos
Humanos del Distrito Federal presidida por Luis González Plasencia, se realiza
el Encuentro
Internacional de Defensorías sobre Protección
de los Derechos de las Personas Migrantes en México y Centro America, en el cual se
debaten diversos puntos que rodean a tan controversial tema y que se originan
en los distintos Estados de este país.
En dicho
evento y para exponer el panorama que enmarca la migración en el Estado de
Guerrero, se dio cita al Ombudsman guerrerense Lic. Juan Alarcón
Hernández, Presidente de la Comisión de Defensa de los
Derechos Humanos en el Estado de Guerrero, quien tiene a su cargo la
encomienda de que se hagan valer en esta sociedad sureña los Derechos Humanos.
En su intervención, expresó que “el
fenómeno migratorio en México, tiene repercusiones en todos los ámbitos: el
económico, socio–cultural y político. En lo social provoca la separación
familiar y, en múltiples casos el
rompimiento total.
En lo económico, favorecen al país los envíos
de remesas que en el año 2010, ascendieron a un total de 21, 300 millones de
dólares, lo que indica que cada día ingresan a territorio nacional alrededor de
58 millones de dólares, lo que constituye un sostén de más de un millón de
hogares mexicanos”.
Así mismo, dio a conocer que en México se aprecian dos
tipos de migración: “la interna y
externa. En la primera, la población rural se traslada a zonas urbanas, para
laborar principalmente en el servicio domestico, o como peones, siendo objeto
de explotación y discriminación, lo que
complica su subsistencia. Y en el Estado de Guerrero, los municipios con
mayor número de migración son Metlatónoc, Copanatoyac, Xalpatlahuac, Atlixtac,
Zapotitlán Tablas, Acatepec, Tlacoapa,
Atlamajalcingo del Monte, Iliatenco, Cochoapa el Grande, y otros enclavados en
la Costa Chica”.
Afirmó, que “en
este éxodo salen familias completas para trasladarse a los Estados de de Baja California en el corte de uva,
Jalisco, Sonora, Sinaloa, Nayarit,
Michoacán, en la siembra de hortalizas y jitomate, Morelos caña de azúcar; y algunas
comunidades de estos municipios incluyendo Tlapa, quedan desolados, solamente
con mujeres y ancianos en su mayoría, pues hasta los niños y jóvenes se trasladan
con sus padres contratándose como jornaleros agrícolas en las entidades de
referencia”.
Por otra parte y en lo que corresponde a la migración
externa, dijo que “la mayor parte de
mexicanos lo hace hacia los Estados Unidos de Norteamérica en busca del sueño
americano en donde muchas veces lo que encuentran es la muerte”.
Ante el fatal resultado de la migración, se explicó
que para el Estado se vuelve un delicado problema que tendrá que enfrentarse,
pues refiriéndose a lo anterior esta migración
recae en las principales ciudades de Acapulco de Juárez, Chilpancingo de los
Bravo, Iguala de la Independencia, y Chilapa de Álvarez; y según datos
estadísticos, la población nacida en nuestro país que reside en Estados Unidos
es de aproximadamente cerca de 11 millones 700 mil mexicanos de estos, el 35.2
% son indocumentados, es decir aproximadamente 4 millones; los cuales se
enfrentan a las violaciones a los derechos humanos por parte de autoridades
estadounidenses y están las relacionadas con el racismo y la discriminación,
que ocasionan reclusión, golpes e insultos, incomunicación, separación familiar
forzosa, retención de documentos, robo, cohecho y extorción entre otros.
Por ello, el Ombudsman guerrerense recalcó, que se
debe regular la migración, garantizando el respeto de los derechos humanos de
quienes intentan trabajar en los Estados Unidos, con programas de trabajos
temporales y algún sistema de regularización de indocumentados.
Aseguró, que “es
primordial crear conciencia de que los migrantes, bien “legales” e “ilegales”,
como los llaman peyorativamente, tienen derecho a la vida, dignidad, seguridad,
a condiciones laborales justas y favorables, a la asistencia sanitaria y trato
igualitario ante la ley; q y que este
reconocimiento evitará la existencia de víctimas del tráfico ilegal de
personas, que llegan a un país sin documentación, o tal vez les ha sido
retenida, lo que los obliga a realizar actividades degradantes, como la prostitución,
pornografía, trabajo forzado, explotación laboral”.
Apuntó que esto esta avalado por la ONU, quién emitió
la “Convención Internacional sobre la
Protección de los Derechos Humanos de Todos los Trabajadores Migratorios y sus
Familiares” la cual brinda protección de las y los migrantes, misma que
entró en vigor el 1 de julio del 2003.
En su participación Juan Alarcón Hernández, formuló tres
conclusiones, en donde primeramente menciona que: “Es pertinente que en su declaración este Foro se pronuncie ante la
ONU, para el efecto de que se impulse el cumplimiento de la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos Humanos
de los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares. La segunda: Exponer
esta preocupación ante las autoridades
del Gobierno Federal, Poder Ejecutivo y Legislativo, así como ante el
Presidente electo de México, para que se tomen decisiones a efecto de crear
empleos e impulsar el desarrollo agropecuario y agroindustrial en el campo para
que haya una mayor producción y competitividad en las regiones rurales de
México, pues es lo que requiere este país, para que brazos e inteligencias no
salgan de él, y se minimice la gran migración de mexicanas y mexicanos hacia el
país del norte. Y la tercera: Que el gobierno de la República, proteja los
derechos humanos de las y los migrantes que vienen de sur para trabajar en
México, o que van de tránsito a los Estados Unidos de Norteamérica”. Finalizó.