Boletín de Prensa
INTENSO HOMENAJE A RENÉ AVILÉS FABILA: “HOMBRE FORJADO EN LA PLURALIDAD DEL HUMANISMO”
* Fernández Fassnacht resaltó su coraje ante la explotación y la injusticia; la China Mendoza dijo que es alguien feliz, alegre y divertido; Martha Fernández celebró su capacidad creativa ampliamente encontrada en sus cuentos y Hugo Enrique Sáez dijo que su obra es un canto destinado a exaltar la vida, a celebrar con alegría epicúrea los placeres de este mundo
México, D. F., a 30 de mayo de 2013
Fue un largo homenaje, pero emotivo, intenso, como el calor de este mediodía. El Patio Central de la UAM-Xochimilco se abarrotó de amigos, admiradores y alumnos de la institución donde inició la serie de reconocimientos para René Avilés Fabila por sus 50 años de hacer literatura. La academia y la literatura se tomaron de la mano para abrazar a uno de los suyos.
“El enorme valor de este escritor mexicano, es que su pluma no se detiene ante la injusticia; su pensamiento y creación refleja lo versátil que puede ser, siempre con una narrativa espontánea, apoyada en el humor y originalidad que mantiene con una libertad creadora a sus personajes, que siempre nos atrapa como lectores”, fueron las palabras con las cuales lo dibujó el Rector de la UAM Xochimilco, Salvador Vega y León.
Agregó: “René viene de una cultura que en México se ha ido perdiendo y que universidades como la nuestra luchan por preservar, la de los hombres forjados en la pluralidad del humanismo. Sus padres lo educaron en el amor por los libros”.
A través de Iris Santacruz Fabila, hermana del homenajeado, el Rector General de la UAM, Enrique Fernández Fassnacht dijo que “para muchos la lectura de René Avilés Fabila es una experiencia gozosa. Mas debe agregarse que hay otros modos de internarse en su obra: ciertamente hay y se trasluce en sus creaciones una vitalidad constante, pero también su trabajo refleja una constante rebeldía e inconformidad, una infatigable crítica ante el desorden establecido: el coraje ante la explotación y la injusticia; el desprecia profundo hacia la corrupción y, el derroche y el despojo, así como ante la profunda herida que, como herencia fatal, marca a la gente y a los pueblos de una lastimada América Latina”.
Agregó que para la Casa Abierta al Tiempo, la Universidad Autónoma Metropolitana, “es un orgullo reconocer tus trabajos y esfuerzos. Esperamos sean ejemplo constante para nuestros estudiantes y para las generaciones que apreciarán y compartirán con fervor y agradecimiento tus enseñanzas y tus palabras. Deseamos que lleven muy lejos en el espacio y en el tiempo, el entusiasmo y la alegría de vivir y luchas por todo aquello que enaltece a las mujeres, a los hombres y a las sociedades”.
De hecho, todos y cada uno de quienes participaron hicieron un recorrido por las distintas obras de René: Sus novelas Los juegos (1967), El gran solitario del palacio (1971), Tantadel (1975), La canción de Odette (1982), Réquiem por un suicida (1993), El reino vencido (2005) y El amor intangible (2008) fueron evocadas a cada momento.
Tampoco faltaron menciones a Hacia el fin del mundo (1969), La lluvia no mata las flores (1970), Lejos del Edén, la Tierra (1980), Los oficios perdidos (1983), Los animales prodigiosos (1989), El evangelio según René Avilés Fabila (2009), De sirenas a sirenas (2010) y tantas otras.
Salvo María Luisa La China Mendoza que rindió un homenaje emotivo a alguien que se ganó su desprecio en un principio de su carrera, pero que poco a poco la cautivó. Así lo dijo en su intervención: “Luego de varias estampidas de antipatía, de arrobadores descolones de mi parte (los heridos somos muy peligrosos), extrañamente comenzamos a ser amigos de verdad”. La escritora formaba parte de aquella “mafia” de la literatura que Avilés Fabila criticó en su novela Los Juegos.
“No quiero meterme por los senderos que mucho se bifurcan de su biografía, soy incapaz de aburrir y menos bordando sobre alguien tan feliz, alegre, divertido, bueno como el pan de Acámbaro, y con una vida tan extensa que mi próxima solicitud de beca va a ser para estudiar sus inacabables títulos de libros, de crónicas, de premios, de nombramientos, de jefaturas, sin contar las largas filas de novias y pretensas, por lo menos”.
Otra gran amiga de René Avilés, Martha Fernández, celebró la capacidad creativa del homenajeado, ampliamente encontrada en sus cuentos. “La combinación entre historia, crónica, mitología y creación literaria se encuentra presente en sus obras”.
Y agregó: “Oscar Wilde decía que para escribir no existen más que dos reglas: tener algo que decir y decirlo. Lo que nunca explicó es el cómo decirlo, tal vez porque como ha afirmado René, para ello no existen musas que revoloteen sobre la cabeza de los escritores ni recetas con valor universal, cada uno busca su propio método y estilo. La obra de René es una muy bien lograda combinación entre investigación aplicada y creación artística; entre historia y la fantasía, alimentada por su muy vasta cultura, su talento y su lucidez, a lo que agfrega su impecable sentido del humor con el que sazona todas las historias reales e imaginarias que nos cuenta”.
Finalmente, Hugo Enrique Sáez A. expresó que “la inmensa obra (todavía incompleta) de René Avilés Fabila” se orienta a ser “un canto destinado a exaltar la vida, a celebrar con alegría epicúrea los placeres de este mundo”, sobre todo cuando, recuerda que “compartir el tiempo con él es muy divertido. No puedes pasar una hora sin que su humor no ilumine el mínimo detalle en tu derredor. Pero esa diversión no es superficial, horada las banalidades y descubre que todo en este mundo es algo producido, que no hay esencias inmutables”.
Antes de inaugurar la exposición “El escritor y sus ilustradores”, en la Galería del Sur, Leopoldo Méndez, situada en el mismo edificio, Avilés Fabila agradeció a todos los presentes, a quienes participaron en el homenaje y a quienes lo hicieron posible y dio a conocer, para que la tarde fuera redonda, que un mes atrás fue propuesto para formar parte del jurado del Premio Nacional de Periodismo y que ayer, durante la primera reunión del Consejo de Premiación, por unanimidad fue elegido presidente del jurado.
“El enorme valor de este escritor mexicano, es que su pluma no se detiene ante la injusticia; su pensamiento y creación refleja lo versátil que puede ser, siempre con una narrativa espontánea, apoyada en el humor y originalidad que mantiene con una libertad creadora a sus personajes, que siempre nos atrapa como lectores”, fueron las palabras con las cuales lo dibujó el Rector de la UAM Xochimilco, Salvador Vega y León.
Agregó: “René viene de una cultura que en México se ha ido perdiendo y que universidades como la nuestra luchan por preservar, la de los hombres forjados en la pluralidad del humanismo. Sus padres lo educaron en el amor por los libros”.
A través de Iris Santacruz Fabila, hermana del homenajeado, el Rector General de la UAM, Enrique Fernández Fassnacht dijo que “para muchos la lectura de René Avilés Fabila es una experiencia gozosa. Mas debe agregarse que hay otros modos de internarse en su obra: ciertamente hay y se trasluce en sus creaciones una vitalidad constante, pero también su trabajo refleja una constante rebeldía e inconformidad, una infatigable crítica ante el desorden establecido: el coraje ante la explotación y la injusticia; el desprecia profundo hacia la corrupción y, el derroche y el despojo, así como ante la profunda herida que, como herencia fatal, marca a la gente y a los pueblos de una lastimada América Latina”.
Agregó que para la Casa Abierta al Tiempo, la Universidad Autónoma Metropolitana, “es un orgullo reconocer tus trabajos y esfuerzos. Esperamos sean ejemplo constante para nuestros estudiantes y para las generaciones que apreciarán y compartirán con fervor y agradecimiento tus enseñanzas y tus palabras. Deseamos que lleven muy lejos en el espacio y en el tiempo, el entusiasmo y la alegría de vivir y luchas por todo aquello que enaltece a las mujeres, a los hombres y a las sociedades”.
De hecho, todos y cada uno de quienes participaron hicieron un recorrido por las distintas obras de René: Sus novelas Los juegos (1967), El gran solitario del palacio (1971), Tantadel (1975), La canción de Odette (1982), Réquiem por un suicida (1993), El reino vencido (2005) y El amor intangible (2008) fueron evocadas a cada momento.
Tampoco faltaron menciones a Hacia el fin del mundo (1969), La lluvia no mata las flores (1970), Lejos del Edén, la Tierra (1980), Los oficios perdidos (1983), Los animales prodigiosos (1989), El evangelio según René Avilés Fabila (2009), De sirenas a sirenas (2010) y tantas otras.
Salvo María Luisa La China Mendoza que rindió un homenaje emotivo a alguien que se ganó su desprecio en un principio de su carrera, pero que poco a poco la cautivó. Así lo dijo en su intervención: “Luego de varias estampidas de antipatía, de arrobadores descolones de mi parte (los heridos somos muy peligrosos), extrañamente comenzamos a ser amigos de verdad”. La escritora formaba parte de aquella “mafia” de la literatura que Avilés Fabila criticó en su novela Los Juegos.
“No quiero meterme por los senderos que mucho se bifurcan de su biografía, soy incapaz de aburrir y menos bordando sobre alguien tan feliz, alegre, divertido, bueno como el pan de Acámbaro, y con una vida tan extensa que mi próxima solicitud de beca va a ser para estudiar sus inacabables títulos de libros, de crónicas, de premios, de nombramientos, de jefaturas, sin contar las largas filas de novias y pretensas, por lo menos”.
Otra gran amiga de René Avilés, Martha Fernández, celebró la capacidad creativa del homenajeado, ampliamente encontrada en sus cuentos. “La combinación entre historia, crónica, mitología y creación literaria se encuentra presente en sus obras”.
Y agregó: “Oscar Wilde decía que para escribir no existen más que dos reglas: tener algo que decir y decirlo. Lo que nunca explicó es el cómo decirlo, tal vez porque como ha afirmado René, para ello no existen musas que revoloteen sobre la cabeza de los escritores ni recetas con valor universal, cada uno busca su propio método y estilo. La obra de René es una muy bien lograda combinación entre investigación aplicada y creación artística; entre historia y la fantasía, alimentada por su muy vasta cultura, su talento y su lucidez, a lo que agfrega su impecable sentido del humor con el que sazona todas las historias reales e imaginarias que nos cuenta”.
Finalmente, Hugo Enrique Sáez A. expresó que “la inmensa obra (todavía incompleta) de René Avilés Fabila” se orienta a ser “un canto destinado a exaltar la vida, a celebrar con alegría epicúrea los placeres de este mundo”, sobre todo cuando, recuerda que “compartir el tiempo con él es muy divertido. No puedes pasar una hora sin que su humor no ilumine el mínimo detalle en tu derredor. Pero esa diversión no es superficial, horada las banalidades y descubre que todo en este mundo es algo producido, que no hay esencias inmutables”.
Antes de inaugurar la exposición “El escritor y sus ilustradores”, en la Galería del Sur, Leopoldo Méndez, situada en el mismo edificio, Avilés Fabila agradeció a todos los presentes, a quienes participaron en el homenaje y a quienes lo hicieron posible y dio a conocer, para que la tarde fuera redonda, que un mes atrás fue propuesto para formar parte del jurado del Premio Nacional de Periodismo y que ayer, durante la primera reunión del Consejo de Premiación, por unanimidad fue elegido presidente del jurado.