Ahora sí que no tengo que
escribir y no es que me falte la inspiración, pero ya es tarde y para acabarla
de amolar, pues ando credo (o sea, ya saben, para que les explico).
No sé qué escribir, la neta,
porque cada día que pasa se me acaban las historias y pues no puedo inventarles
cosas irreales, aunque siempre les digo que todo es puro cotorreo y mitote
jejejeje.
Echare así rápido un recorrido de
las ediciones anteriores, ya escribí de la inmortalidad del cangrejo, los sones
de tarima de la tierra caliente o eran de otro nombre, total que tengo el
cerebro cuatropeado.
Ah ya se, lo tengo, como se me
vino a olvidar, me escribieron algunos seguidores, porque así como me ven todo
echado a perder y con mi cara de muy mal ver, pues hay quienes aprecian mis
chismes jejejeje.
Pero si como que me reclamaron,
de que por que tanto hablar de cosas y de la tierra de tata Chuy, pues nomas,
nada de nada y que a ver a qué horas escribía algo.
Y déjenme decirles mis estimados
amigos petatlecos que tengo gratos recuerdos de esas tierras, es más me voy a
destapar y comentarles la neta de las netas jejeje, pero como siempre, nada de
lo que diga es verdad o completamente cierto, por lo tanto, hagan de cuenta que
nunca lo dije jejejejeje.
Ahí va, esas tierras me traen
gratos recuerdos, porque en esa zona nació alguien a quien a pesar de la
distancia y el tiempo, pues me mueve el tapete (ya dije y no me rajo), así es, allá
en un lugar de la sierra vio la luz por primera vez y los azares del destino y
la vida misma la arrojaron por estos lugares costeños de Zihuatanejo.
Pero como siempre pasa, eso de
las relaciones es una cosa así como complicada y si no lo es, pues la hacemos
de pedacito y ahí vamos, tropezando y soñando jejeje.
Por eso amigos petatlecos, deben
saber que aquí el trotamundos pues ha sido como el ave de paso, si paso de ser
un sujeto actuando con el corazón a uno con el cerebro andando y total que
conservo solo buenos recuerdos.
El amor, ese que nos hace cometer
tantas tonterías y hazañas, por que deben saber que aunque el tiempo ha pasado
en algún lugar de este corazoncito quedan los estragos y anécdotas de lo que
pudo ser y no fue.
Fueron unos ojos normales y un
andar de esos que me provocan sensaciones, los que me arrastraron por esos
laberintos que nadie puede ni sabrá explicar jamás.
A poco nunca se preguntaron ¿no
se que tiene pero no puedo dejarla?, por que cuando esa cosa que se llama amor,
pues nos pega y no sabemos por qué o que tiene, eso es lo que la razón no podrá
jamás explicar.
Por eso y mucho mas tengo que dedicar
un tiempo a Petatlán, sí señor, porque de ahí, tenía que ser aquella que me
provocara las mejores y más indescifrables historias, versos y tonterías de un
ser enamorado jejeje.
Pero claro, también debemos decir
que en algún momento el cerebro tiene que sustituir al corazón, porque si no,
que de cosas seguiríamos haciendo.
Y para que vean que es cosa
seria, en honor a esa tierra dedico este pensamiento.
Si pudiera regresar el tiempo,
hacer tranquilos mis lamentos, sumando tu paisaje en mis pensamientos que de
ser ciertos no quiero.
Allá en tus montañas y valles,
nace el cielo y la tarde, me levanta temprano y quiero gritarle que no me deje
solo en mis desaires.
Tenía que ser de aquí, la tierra
de Tata Chuy, donde naciera la que me arrebatara versos y palabras, que al
final quisiera callarlas.
Pero no puedo, soy tan débil que
sigo pensando un poco menos quizás, mas tengo que echarle más cerebro que
corazón a lo que me hace delirar.
Como no quererte pedazo de tierra
aunque tiembles, aunque me digas que no te visite de vez en cuando, si naciste
para mí en tu cielo aciago.
Me llenas de palabras vagas que
en mi tonto delirio te verso y aun cuando de ti nada tengo, te busco en el último
beso que me has negado.
Petatlán como olvidarte, como
alejarme, si aun en tus necios delirios eres mi cárcel, esa que no dejo y del
que no quiero pero sigo preso.
Pero si la vida me diera la
oportunidad de repetir la historia, seguro no la cambio pues eres lo que eres
en mi vida y sin duda mis últimos deseos.
Solo me queda un deseo, saber que
fue lo que me atrajo, fueron sus ojos petatlecos o quizás fue solo un sueño de
este pobre costeño.
Y ya no le sigo, es cosa juzgada
y quizás perdida, pero cierto es que tengo miedo de volverme a ver en esos ojos
que un día me robaron la paz y el sueño.
Bueno, pues Petatlán tiene eso
que no se qué, que, que se yo y no lo repetiré, todo lo que aquí se lea es mera
y puritita coincidencia, así que el trotamundos no se hace responsable de nada,
no lo olviden consuman frutas y verduras, copy right, derechos reservados.
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