jueves, 27 de febrero de 2014

La Levantada de la Cruz, una tradición ancestral anahuaca

La Levantada de la Cruz, una tradición ancestral anahuaca


Muchos de los elementos de la cultura popular de México, se piensa, -por la colonización mental y cultural-, que son herencia hispana. Sin embargo, debemos de tener presente dos cosas. Una que la civilización del Cem Anáhuac es más antigua que la europea. Y en segundo lugar, que todos los pueblos del mundo tienen “tradiciones y costumbres” muy parecidas, esencialmente porque responden a una necesidad humana.


En ese mosaico caleidoscópico de las culturas populares, existen muchos “usos y costumbres” que nos vienen de nuestra civilización Madre. Por ejemplo: el bautismo, los “quince años” de las jóvenes, el compadrazgo, la boda y por supuesto, los ritos funerarios.


Presentamos esta entrevista a un hombre que ha tenido la lucidez y la iniciativa de investigar los orígenes anahuacas de “La levantada de Cruz”.


Mi nombre es Isauro Balderas Gil, soy originario de Huxtlahuaca, Oaxaca, en la mixteca. Soy rezandero y lo traigo de familia y en el corazón. Mi abuelita, antes de dormir nos ponía rezar todos los días. Hacen más de 50 años en mi pueblo no había luz eléctrica, así que con vela y con quinqué, mi abuelita ponía un petate y ahí sentaba a todos los niños todas las noches.


Yo me volví rezandero a la muerte de mi mamá, porque a pesar de ser católico practicante, no supe qué se debía de hacer a la hora de la muerte. Qué se tiene que hacer cuando el cuerpo “se tiende” y qué se tiene que rezar. Esto me orilló a investigar y me “arrimé” aún rezandero e inclusive, asistí a congresos de rezanderos.


Todo esto me llevó a saber por qué se hacía el novenario, por qué se tiene que hacer una “Levantada de Cruz”. Empecé a darme cuenta que nuestra tradición ancestral existía el concepto de la dualidad y que la muerte ocupaba un lugar muy relevante. Los antiguos hablaban de que Dios era Padre y al mismo tiempo Madre, era una dualidad.



Por lo tanto, cuando una persona muere tiene que enterrarse dos veces. Tiene que morir dos veces, la primera cuando morían  y la segunda cuando los quemaban envueltos en un petate para que resplandecieran como el sol y se “endiosaran”. 


Cuando llegaron los españoles nos prohibieron la incineración y ya no se podía hacer la segunda muerte. Entonces se optó, -simbólicamente-, que las cenizas del difunto se representaran con una cruz.


Los antiguos formaban dos caminos, porque decían que “Dios camina de Oriente a Poniente y el hombre camina de Sur a Norte, por eso se forma una cruz. Cuando alguien muere, es que el camino de Dios y el camino del hombre se encuentran y forman una cruz, y al encontrarse, es que se va con Dios.


Por eso es que se hace la “levantado de Cruz”. Antes esa cruz se hacían con las cenizas del difunto, hoy nosotros lo hacemos con tierra. Eso significa el cuerpo del difunto. Normalmente lo ponemos dentro de un triángulo o un cuadrado que significa también, el mundo. La Cruz significa al ser humano, y el cuadrado el mundo. Puede ser también, una alfombra o estrellas, que semeje el universo.


En la ceremonia de “Levantar la Cruz”, cuando esa tierra se empieza a recoger de cada brazo de la Cruz hacia el centro, significa que  estamos recogiendo todos los pasos del difunto que dio por este mundo, por donde vivió, por donde él anduvo, para que no deje nada de vibraciones o humores, “nuestra esencia”.


Se recoge en el centro de la Cruz, que significa que se entrega a la persona a las manos de Dios y se va con él. Porque es el centro donde se unen los opuestos, lo que es la vida y la muerte que son complementarios, el perdón y el pecado. 


En el centro de la Cruz es para nosotros el punto más importante porque es el lugar de encuentro de los opuestos complementarios, “es la medida donde está Dios”, en donde se sabe lo que se tiene que hacer. El centro de la Cruz es  el acceso a la vida inmortal.



Contacto con Isauro Balderasisaurobal@hotmail.com.mx

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