Por el Trotamundos
Buenas noches, porque estoy
escribiendo en este momento que son las 9:26 p.m. La verdad tengo una flojera
de los mil demonios (todos los días).
Aunque tengo mucho control sobre
mis emociones me siento “achicopalado” y es que en ocasiones no salen las cosas
como uno las proyecta y no siempre por nuestra culpa, pero por las de otros sí.
Por más que le digas a esos
“otros” que están mal, que aprendan a tomar decisiones y es que dependemos a
veces otras personas y no es justo que por sus “burradas” nos arrastren a su
inconsciente desastre.
Pero como siempre lo he dicho, al
toro por los cuernos y mis seguidores del Trotamundos no tienen la culpa de
estas cosas que a cualquiera le puede pasar.
Recapitulando, ya estamos enterados
y de acuerdo en que el único culpable de cómo estamos es uno mismo, que nada
ocurre nada mas porque si y que si queremos que nos vaya bien, pues debemos
hacer algo, no rezar y nada de acción.
Debemos saber que todo en este
universo, Dios o como le quieran llamar, hay un porqué y debemos ir por él,
ejemplo, hay cosas que no podemos ver y sin embargo con poderosas y existen.
Ejemplo, la electricidad, usted
la paga cada bimestre y aunque no la puede ver tanto así, sabe que existe y si
no ¿por que paga el recibo?, además conocemos de su poder.
Otro es el aire, a pesar de que
nunca lo vemos, si acaso lo sentimos y extraemos el oxigeno, tan necesario para
vivir, por lo tanto podemos asumir que algo poderoso debe haber que no podemos
tocar ni ver.
Ejemplificamos otro más, en
ocasiones deseamos algo, con tanta fuerza y fe que de pronto ¡zas! Dios, el
universo, la divina providencia, quien sabe que, nos lo regala, es el poder de
la atracción.
Pero ahora debemos organizarnos,
primero hay que desearlo, casi materializarlo, luego pensarlo bien como ir tras
eso, ponernos en acción y con todo eso, tarde que temprano lo tendremos, así ha
sido toda la vida y si no cree, a poco Napoleón Bonaparte, Hitler (huy),
Alejandro Magno, Copérnico, Galileo Galilei, Leonardo Davinci, ¿posaron sus
asentaderas en una silla y les llego? Claro que no, fueron y lucharon con todo
lo que tenían para realizar sus hazañas.
Pues eso mero hay que hacer de
ahora en adelante, luchar con todo, imaginarnos las cosas, ponernos en acción y
no dejar de luchar para lograrlo, nada ha sido fácil, pero que tal cuando
tenemos el triunfo, el éxito, los resultados, entonces todo mundo te halaba, te
dice, yo sabía que podías.
Claro que para todo esto hay un
proceso, debemos prepararnos, física y mentalmente, entender que los resultados
no se logran de un día para otro, que habrá caídas, desilusiones, tropiezos,
pero que estos no deben desanimarnos, todos los grandes hombres pasaron por
situaciones.
Hernán Cortez y su noche triste, Napoleón
y su Waterloo, Abraham Lincoln y sus derrotas, Trotamundos y sus soledades
(sob, sob, sob y recontra sob).
No debemos hacer caso a los
dizque expertos, porque esas personas que aseguran no se puede hacer esta o tal
hazaña, no saben del poder de la mente y de la perseverancia, cuando estas
personas que se dicen conocedoras de todo, alguien les da una bofetada y
demuestra que si se podía.
Solo el que no merece la victoria
(cerveza hum jeje) se queda en el camino, se derrota a sí mismo, no persiste,
no sabe que la lucha debe ser tenaz, interminable, tarde o temprano saldrá la
luz, la oscuridad no es eterna, solo es la ausencia del brilloso blanco
(sáquenme de dudas ya termine).
No olvidemos que los frutos son
el resultado de cosas que no vemos o que pasaron desapercibidas y que según
haya sido regado ese árbol, es lo que nos dará y somos iguales, debemos
prepararnos, por que cuando llegue eso que esperamos, debemos estar listos para
aprovecharlo o de lo contrario, no servirá de nada que haya llegado eso que
según vendría.
Debemos ser como los atletas
olímpicos, diariamente preparándose, horas de entrenamiento, durante años para
llegar a la pista y dar todo lo que tienen y si lo hicieron bien, ahí estará su
premio, no engañaremos a nadie, si no practicamos, si no damos todo, porque ese
día, ténganlo por seguro llegara.
Me despido un poco triste, pero
con el ánimo de que mi trabajo rendirá frutos, que estos tropiezos son solo
eso, escollos que saltar, gracias y hasta mañana si Dios y el universo lo
determinan, claro con un poco o mucho de nuestra parte.
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